Las vacas tienen un carácter sagrado en la religión hindú, profesada por el 80% de la población de la India, con más de 1.300 millones de habitantes.
Para ellos, la vaca es venerada como fuente de alimento y símbolo de vida, y nunca debe ser sacrificada.
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Esto no es así para el 14% de musulmanes del país, que la consumen o trafican con este alimento para sustentarse.
/Desde tiempos antiguos, las vacas productoras de leche no se podían tocar, e incluso se les daba el título de madre; los practicantes del hinduismo consideran que sacrificar una vaca es comparable a matar a una madre.
Debido a esto, cuando finaliza la vida productiva de estos animales, se opta por liberarlas y dejarlas vagar por las calles, ya que no es rentable mantener un animal improductivo.
Se calcula que hay más de 5,2 millones de vacas deambulando por las calles de las principales ciudades, bloqueando el tráfico en pueblos y destrozando cultivos. Por ello, se han creado 1.800 refugios para resguardar a estos animales, muchos ya completos en capacidad y sin posibilidad de alimentarlos.
Antes, parte de este ganado terminaba en mataderos musulmanes, o se exportaban a Bangladesh, pero esto cambió en los últimos años.
Desde el año 2014, Narendra Modi es el primer ministro de la India, y reforzó los programas que exaltan los valores tradicionales hindúes, entre ellos la veneración por las vacas.
Desde entonces, muchos mataderos clandestinos y fábricas de cuero fueron clausurados, la mayoría propiedad de musulmanes. Sin embargo, el problema es más grave ya que han surgido grupos que han tomado la justicia por su propia mano para perseguir a los comerciantes de bovinos.
Actualmente, hay grupos fundamentalistas de creyentes que crearon patrullas de custodia de las vacas que han llegado a linchar a quienes entreguen o usen estos animales con fines industriales.
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Según la FAO, la India cuenta con 297.000.000 cabezas de ganado bovino (2014) y 196.000.000 efectivos de ovino y caprino (FAO, 2014)
Perdiendo status sagrado
El hinduismo, religión predominante en la India, considera a la vaca como un animal sagrado, símbolo de abundancia. Pero los animales que deambulan libres por las calles de Nueva Delhi, la capital del país, están perdiendo su condición de símbolos sagrados y de consumo prohibido. Esto se debe a que el robo y tráfico de ganado se ha convertido en una práctica frecuente en la ciudad. Un informe del New York Times indica que los delincuentes robaron 40.000 animales y luego los vendieron a mataderos ilegales en pueblos no muy lejanos.
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Parte del ganado que vive en Nueva Delhi forma parte de la producción lechera y sus dueños no tienen medios económicos para mantenerlo en corrales. Por ello, los animales pastan en el pasto de las franjas centrales de las calles o en los montones de basura esparcidos por la ciudad.
Sin embargo, detrás del robo de ganado está el cambio de la sociedad india, que ha ido aceptando el consumo de carne, especialmente de pollo, incluso entre los hindúes. Una reciente investigación periodística reveló que decenas de miles de cabezas de ganado se venden anualmente para su matadero en el país, a pesar de que el sacrificio de vacas es ilegal en la mayor parte de la India.
¿El principal motivo del cambio? Pobreza y hambre en el país. Según el informe, la carne de vacuno ha sido ampliamente consumida por musulmanes y dalits, que se encuentran entre los ciudadanos más marginados de la India. Las estadísticas gubernamentales muestran que el consumo de carne está creciendo, especialmente entre la población más pobre. Entre 2010 y 2012, el consumo creció un 14%.